lunes, 20 de octubre de 2014

A donde vas cuando no das mas?...

...Bueno, y cuando necesitas desintoxicarte? eh? A donde vas? A quien recurrís? Para donde escapas de la locura que se torna vivir en la sociedad que te rodea, entre los problemas que te agobian y las personas que te enferman?...

    Yo no soy ejemplo, ni mucho menos la excepción. Pero eso no quita que no busque la redención por mis malos actos, y que no busque estar en paz con los demás, el universo y conmigo mismo, no significa que no me esfuerce diario para lograr el objetivo de ser cada día mejor, o al menos no ser tan malo como el día anterior.
    Es difícil a veces, y cuesta que los demás se acostumbren y logren ver que realmente estas en ese camino. Es difícil que te perdonen, aun si vos los perdonaste primero, pero es así, cuesta, nadie dijo que es fácil perdonar o que es fácil intentar recuperar la confianza.
    Pero difícil no siempre es sinónimo de imposible, pero para lograr eso, hace falta un laburo importante por parte de aquel que esta dispuesto a cambiar y de aquellos, los cuales están dispuestos a confiar nuevamente.
    Yo comprendo en primera persona lo que es sentirse defraudado por una persona de la cual esperaba mas que eso, la cual se supone es aquella que me tendría que marcar el rumbo para que yo no descarríe, y comprendo también en primera persona lo que se siente ser esa persona que defrauda a otro.
    Pero hay una gran diferencia entre ser el defraudado y ser el que defrauda, el defraudado es uno y es con uno con quien hay que arreglar las cosas, ahora cuando uno defrauda, esta mal con todo aquel al que pudo defraudar e inclusive con uno mismo.
    Conozco las dos caras de la moneda, y comprendo y siento empatia por aquellos que también se encuentran en la misma situación, ya que comprendo lo difícil que es, comprendo el esfuerzo al cual se somete uno para intentar al menos enmendar las cosas.
    Yo entiendo que no es fácil abrirse nuevamente a una persona que te defrauda, que cuesta recuperar la confianza y que es un ida y vuelta constante, pero también reconozco la difícil y ardua tarea de arreglar algo que esta muy lastimado, y sobre todo si eso es un vinculo, los cuales son los mas difíciles de sanar.
    Con el tiempo aprendí a dar segundas oportunidades y a saber entender y acompañar a aquellas personas que de algún modo me habían fallado, no porque sea la mejor persona en la faz de la tierra y tan buena como para hacer eso, sino porque como todos, me equivoco, y mas de una vez yo también tuve que estar en el lugar de ellos y alguno de ellos en mi lugar, y la verdad que es muy feo.
    Yo se lo que es lastimar a alguien que deposito su confianza en vos, a alguien que tenia amor para con vos, a alguien que esperaba un buen ejemplo de tu parte, yo se, porque yo me porte mal.
    Y no quiere decir que lo hagas a propósito ni nada de eso, es solo que muchas veces tomamos malas decisiones, sin medir las consecuencias, ni el alcance de nuestros actos, y para cuando nos damos cuenta ya es demasiado tarde.
    Pero si hay algo para lo que nunca es muy tarde, es para cambiar, para remediar y mejorar la situación. La gente no olvida, y cada tanto vuelve a salir a flote, pero al menos si la intención de mejorar las cosas viene del corazón, la gente nota eso y lo valora, y apuesta de nuevo a confiar en uno.
    Yo apuesto siempre a la gente, siempre apuesto a la segunda, tercera y cuanta oportunidad pida alguien, siempre y cuando realmente sienta que quiere hacer algo al respecto.
    En conclusión, invito a todos a replantearnos un poco los panoramas y si acaso le estamos dando una oportunidad a esa persona que se arrepiente de corazón de aquello que hizo mal, ya que no solo le hacemos muy bien a esa persona al darle la oportunidad de abrir de nuevo nuestra confianza, sino que también nos hacemos un favor a nosotros porque nos alivia y quita un peso enorme el perdón.
    Perdonar, no es sinónimo de olvidar, sino mas bien un acto de amor compasivo.
                                                                                          .Gracias por su tiempo y hasta luego.

jueves, 21 de agosto de 2014

Y con respecto a eso como te sentis?...

...Bueno la verdad que no me lo habia preguntado, y encima me preguntas que si es necesario? y la verdad que no, pero lo quiero igual...

    Y nos suele pasar muy menudo que no enfrentamos a estos cuestionamientos, y que conocemos la respuesta, y que no nos gusta, y que nos molesta tanto que el que nos la pregunta nos parece un completo idiota.
    Pero cuantas veces mas nos golpea la realidad y nos pone de cara a esa verdad indeseada, solo para que con el orgullo herido reconozcamos lo acertados que estaban esos que nos planteaban nuestra equivocación.
    Me autoproclamo como uno de tantos, reconozco en mi esta actitud, pero muchas veces también me encuentro del otro lado, siendo yo aquel que indaga, aquel portador de la pregunta incomoda que desestabiliza la defensa mas firme de cualquier orgulloso/convencido/acomplejado/duro/ [sea libre de colocar cualquier otro denominador de su agrado]...(no escapo a ninguna de estas etiquetas).
    Y lo mas inquietante de todo esto no es la pregunta incomoda, o la cara de la otra persona cuando se encuentra acorralado entre mi pregunta y la realidad, sino mas bien como se desenvuelve todo, como el tema desembarca en un momento de silencio, seguido de un gesto de frustración, ya que el otro esperaba de uno, una opinión complaciente, que responda tal cual lo piensa y siente, para sentirse secundado en ese pensar.
    Pero lo unico que encuentra es una pared, seguida de una interrogación, y la cual lo pone en un aprieto, ya que tiene que decidir en un breve segundo, con la guardia baja, totalmente desprotegido, si tragarse su orgullo y resignarse ante la vil realidad, o si acaso presenta batalla ante los molinos de la autoconvicción.
    Créanme que no falto tiempo para que yo no lo experimentara, y para que no actuara como un verdadero Quijote ante la vida y sus molinos, pero con el tiempo (demasiado y aun hoy cuesta) fui cediendo y de a poco dejando que la dura realidad me golpee, me forme y me diga donde y como estoy parado.
    La cuestión en si plantea todo como un capricho o algo con motivos y justificativos, ahora bien, depende de nosotros si damos los motivos correctos y fundamentando nuestra respuesta correctamente no sacamos 10 en la clase de enfrentamiento de la realidad dictada por la profesora Vida, o si acaso nos dejamos derrotar ante la ineficacia de nuestro amor propio, que no nos deja responder y nos nubla.
    En síntesis y sin ser muy rebuscado (mas de lo que suelo serlo), creo que debemos aprender a dejarnos sorprender por la vida, aprender a ser pacientes, y mirar las situaciones como ocasiones de aprendizaje, de cosecha, momentos para practicar para cuando las papas quemen en serio y no tengamos el repasador a mano para que nos cubra y no recibamos directamente el impacto.
    Creo fervientemente que uno tiene que mirar en su corazón si acaso las cosas vienen bien, o si acaso es hacia donde uno quería dirigirse.
    No nos desanimemos si las cosas se nos vuelven en contra, porque no esta en los demás la clave del éxito de nuestras propias metas, pero si el apoyo y la motivación.
                                                                                          .Gracias por su tiempo y hasta luego.

viernes, 1 de agosto de 2014

Tiempo de siembra...

...Bueno, ya pasado el tiempo, me encuentro con que esta todo árido y seco. Y creo que es momento de quitar los cardos y las malas hierbas, arremangarse y comenzar a arar y sembrar de nuevo...

   Hace bastante que deje que este medio por el cual suelo expresar mis ideas y ciertas situaciones de mi vida (algo así como una bitácora de capitán), y de a poco fue quedando en el olvido (no tanto ya que recordé como llegar, algo así como que vine de memoria, o llegue porque algo me decía que tenia que volver).
   Sea como sea, acá estoy, y no me gusta mucho el panorama ya que se haya descolorido, sin vida, marchito, pero no tengo mas que aceptar que esto se debe a mi abandono, a mi distancia, a que mi atención estaba en otro lado, y no pude cuidar de este jardín, mi lugar al cual solía recurrir cuando algo me superaba, o cuando algo me conmovía o consternaba, al cual solía correr a refugiarme de todo lo que pasaba alrededor mio.
   Pero todo eso fue quedando relegado por la vorágine del día a día, por la rutina desgastante y mutilante que solo nos reduce a simples autómatas que nos movemos porque ya esta programado lo que tenemos que hacer, y así, paulatinamente, este lugar, MI lugar, el cual yo tanto cuidaba y mantenía vivo, se fue muriendo.
   En el medio sufrí perdidas humanas (seres queridos, relaciones, amistades), laborales, grupales y una de las peores perdidas fue haberme perdido a mi mismo, deje ir ese jardín que alguna vez fue frondoso, fastuoso y lleno de vida (acertada metáfora si la hay), deje que se corrompiera por lo mas vano y carente de afecto y desprecie todo lo bueno que había en él.
   Pero en ese ínterin, descubrí que muchas veces es bueno ir al desierto, ya que ahí nos encontramos solos, cara a cara con nosotros mismos. Y en el silencio de nuestra soledad, nos quebramos y aceptamos lo malo de nosotros mismos y comenzamos a encarar un proceso para poder limpiar nuestro interior.
   En ese momento es en el que comienzan los cambios, de mirada, de objetivos, de valores, de intereses y sobre todo del corazón, y así, lentamente comenzar a caminar, a emprender el viaje de vuelta, a buscar ese lugar que hacia rato estaba lejos, pero dentro mio.
   En ese camino encontré un grupo en el cual me siento cómodo, siento que ahí encontré un camino que me lleva a un proceso de cambio, encontré un grupo de gente que me acepto y que quiere explotar mi potencial, me encontré también con mucha gente que aun me quiere también y con la cual estoy en deuda, encontré el amor y siento que me magnifica en muchos aspectos.
   Pero sobre todo encontré al Señor en el desierto, y me hablo al corazón y me conmovió, me tomo en sus brazos, y me cargo en el trayecto en el que yo no podía seguir por mi mismo, me impulso a seguir adelante, me acompaño cuando yo creía que estaba solo, me invito a participar de una comunidad donde encontré mi carisma y donde lo encuentro a Él en cada reunión, y me invita a descubrirlo todos los días, a cambiar la mirada conmigo mismo y con los demás, a esforzarme todos los días por cambiar algo de mi en pos de que cambie el exterior. 
   En otras palabras me mostró su amor e infinita misericordia y me invita a hacer lo mismo, me invita a dejarme seducir por su ternura y su amor, y a practicarlos para con los demás, me invita a través del hermano a ser mejor persona, para bien personal y de la comunidad.
   Y es por eso que hoy me encuentro acá de nuevo, con las herramientas listas, las manos preparadas y el corazón dispuesto a dar el todo por el todo para que todo esto de sus frutos, pero vayamos paso a paso y ahora enfoquemos la mirada en la siembra.
   Espero que disfruten tanto como yo de este regreso, y que me acompañen en este recorrido de todos los dias.
                                                                                          .Gracias por su tiempo y hasta luego.