martes, 20 de octubre de 2015

Despertar, ocaso, nirvana.

Luego de un verano,
lleno de alegría y regocijo,
el amor cambia de mano
en busca de cobijo.

El otoño se va abriendo paso,
una vez muerto el verano
y las hojas caen por su peso,
marchitando,
el invierno;

Triste, sombrío y solitario,
frío que rasga la piel.
Encierro de facto necesario,
la prisión mas cruel.

Muerte que se valió de mí,
tierra que me cobijó en sí,
sentido a todo dio, entendí
y en aquella tierra semilla fui.

Las lluvias y el sol de a poco
al verde van dandole lugar,
el brote ya se ha vuelto tronco

y el árbol nos invita a jugar.

...Bueno, decidí después de exactamente un año sin escribir, empezar distinto, con un poema de mi autoría que espero que disfruten...

    Creo yo que las estaciones tienen su magia y encanto, pero tambien, siento muchas veces, que la vida junto con ellas experimenta cambios, aunque en mayor medida y a lo largo de situaciones o etapas que nos tocan vivir.
    El verano, la primer estación del año, las vacaciones, la alegría de no tener obligaciones y poder pasar el tiempo libre en alguna locación exótica que nos permita distraernos y por un rato pensar que todo anda bien.
    Pero esto no es mas que algo pasajero, ya que los sueños son eso, sueños, y a la larga, la realidad nos pone de cara a cuestiones mucho mas difíciles y que no nos gustan tanto. Y así es como de a poco nos vamos enfriando.
    Pero no hay que desanimarse, sino aprovechar esos momentos para encontrarnos con nosotros mismos, ver en que estamos fallando, en que nos fallaron, o que nos esta faltando o sobrando dependiendo de cual sea el caso.
    Y así después de haber atravesado las estaciones de la vida, vemos como todo se prepara para florecer, y la primavera nos trae nuevos desafíos, con una mirada renovada y un espíritu dispuesto.
                                                                                          .Gracias por su tiempo y hasta luego.

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